lunes, 20 de noviembre de 2017

El valor de una buena planificación

Estimados alumnos y alumnas:

Durante estas semanas, os he insistido mucho en la importancia de adquirir unos buenos hábitos, estrategias y técnicas de estudio. Para ello, os he facilitado diversos consejos prácticos para que mejoréis la forma en la que aprendéis. 

Desde hace años estoy convencido de que no es lo mismo aprender que aprobar. Un alumno puede tener una gran capacidad para memorizar que le permita obtener unas buenas notas e ir aprobando materias y cursos. Pero cuando termina la etapa educativa, ¿ha aprendido realmente algo? ¿O sólo se ha limitado a ir adquiriendo conocimientos que utiliza a corto plazo y luego olvida? ¿De qué sirve entonces esta simulación de aprendizaje? 

Me sumo a este proposito. ¡Espero conseguirlo!

Para conseguir el objetivo de mejorar la forma en la que estudiamos y aprendemos es fundamental realizar una buena planificación y luego cumplirla. Como sabemos en Economía, nuestro tiempo es un bien escaso que hay que administrar de una manera racional e inteligente. Todos tenemos los mismos minutos, horas y días para realizar nuestras tareas. Lo que nos diferencia es la manera en la que aprovechamos ese tiempo, si somos eficientes o no, si cumplimos lo que nos hemos marcado o en cambio nos gusta más...pensar en las musarañas o analizar el vuelo de la mosca cojonera.

Como soy también de los que piensa que más vale la ACCIÓN que las PALABRAS o las BUENAS INTENCIONES, me voy a utilizar de ejemplo para que veáis que ésto de planificar es algo al alcance de todos: sencillo, práctico y sobre todo, que da excelentes resultados.


La mayoría de vosotros y vosotras sabéis que soy un profesor de Economía interino. Eso significa, en pocas palabras, que no tengo una plaza en propiedad dentro de la Educación pública (lo que se conoce como "funcionario de carrera"). Estoy "de prestado" durante este curso en el IES Profesor Tierno Galván de Alcalá. Cada año, un nuevo destino. Para abandonar esta triste pero a la vez emocionante realidad, tengo como objetivo aprobar las oposiciones que se realizarán a finales de junio de 2018. 

Os cuento ésto porque en mi caso, aparte de trabajar por las mañanas, realizar actividades relacionadas con el puesto de trabajo que tengo y aprovechar el poco tiempo de ocio y deporte que tengo por la tarde... también tengo que estudiar bastante. Muchísimo. Sería imposible conseguir el objetivo (¡ser funcionario de carrera!), sin esfuerzo, motivación, técnicas de estudio... y planificación. Para muestra, el siguiente botón de mi planificación diaria (también debéis hacerla semanal e incluso mensual):

⇨ De 8:00 a 14:30: Trabajo en el instituto (clases, guardias, reuniones...)
⇨ De 14:30 a 16:00: Almuerzo, descanso y tiempo libre (ver la tele, leer, ver series...)
⇨ De 16:00 a 18:00: Corrección de actividades, planteamiento de las clases siguientes, búsqueda de nuevos recursos o actividades, revisión de la programación, mantenimiento del blog...
⇨ De 18:00 a 19:00: Ejercicio físico (normalmente, andar o correr por la zona del parque de Oromana)
⇨ De 19:00 a 21:00: Estudio y preparación de las oposiciones. Revisión de la programación didáctica.
⇨ De 21:00 a 23:00: Tiempo de ocio y descanso (hablar con la familia, quedar con amigos, trastear con el móvil, ver series, salir a cenar fuera, estar tumbado en el sofá, leer...)

Ésta suele ser mi planificación diaria durante un día normal del curso. Lógicamente, que yo realice una planificación de estas características no significa que siempre la tenga que cumplir a rajatabla. Tenemos que ser flexibles y adaptarnos a los cambios o situaciones imprevistas. Por ejemplo, si tengo que corregir cuadernos o exámenes, normalmente dedico más tiempo a esta actividad y menos a otras (¿os suena el coste de oportunidad?). O si un día tengo menos trabajo del instituto, puedo disfrutar del magnífico entorno de Alcalá de Guadaíra.

Uno de mis sitios preferidos de Alcalá: el parque de Oromana

Como también podréis observar, he planificado no sólo aquellas actividades de trabajo, sino también el resto, que también es importante contemplarlas. Lo importante es dedicar las mismas horas y las mismas actividades. En definitiva, tener una rutina diaria, previsible y que pueda cumplir.

Con este sencillo ejemplo os quiero mostrar que no es necesario una planificación detallada y compleja que luego resulte inviable. Como os he indicado, es mejor establecer metas y actividades simples pero realistas que os ayude a conseguir un mejor aprovechamiento del tiempo para lo que es vuestra principal obligación en estos años: estudiar y aprender lo máximo posible. Sólo así conseguiréis los resultados que todos (los primeros, vosotros) esperan.

Espero que este artículo os haya gustado y os sirva de ayuda en vuestra labor de estudiantes.

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